Las películas de animación han experimentado un cambio notable en los últimos años. Ha quedado muy atrás el concepto de simples entretenimientos infantiles… Muchas de ellas son obras maestras cinematográficas que capturan la atención de audiencias de todas las edades.
Este cambio, impulsado por los avances tecnológicos y por una mayor apreciación del público, ha redefinido el panorama del cine de animación. Pero todo esto no habría sido posible sin lo que, para mí, ha sido el detonante: los cambios en la narrativa.
Evolución en la narrativa
Las narrativas de las películas de animación han evolucionado de manera significativa. Si antes se limitaban a tramas sencillas destinadas a entretener a los más pequeños, hoy en día encontramos historias complejas con temáticas y mensajes que resuenan con audiencias de todas las edades.
Además, en este nuevo paradigma, la inclusión y la representación también han cobrado una importancia significativa. Los estudios están adoptando una perspectiva más inclusiva al presentar personajes protagonistas de diversas culturas o del colectivo LGTBIQ+, dándoles una mayor importancia que a los casi olvidables papeles terciarios que tenían antes.
Nuevo estilo de animación
Hace poco hablábamos en el podcast Blanco y en Botella sobre cómo había evolucionado la animación en cuanto al estilo artístico, con este nuevo 2D-3D cada vez más estandarizado en los últimos años y afianzado por el éxito de películas como “Spider-Man: un nuevo universo” o “Klaus”.
Las técnicas de animación por ordenador han permitido a los estudios crear mundos digitales realmente sorprendentes y personajes que parecen saltar de la pantalla. Ejemplos como Soul de Pixar demuestran los grandes avances en campos como la iluminación de escenarios o la expresión emocional de los personajes.
Pero no todo es ordenador, y creo que es un error normalizar que estos cambios son co-dependientes. Sí, es cierto que cuanto más avanza la tecnología, más herramientas hay a la hora de contar historias, pero las buenas historias no pueden depender únicamente de los medios. No por tener el último motor gráfico la historia va a ser mejor y un claro ejemplo de esto son las películas de animación tradicional, como las de stop-motion realizadas por Laika o Aardman.
En conclusión, los cambios en las películas de animación en los últimos años han sido asombrosos. Avances tecnológicos, narrativas complejas, diversificación de estilos y géneros… La animación ha evolucionado más allá de ser un simple entretenimiento infantil. Esta transformación prometedora ha permitido a las películas de animación ocupar un lugar destacado en el mundo del cine, ofreciendo experiencias cinematográficas que resuenan con audiencias de todas las edades. Y con esto, me despido de vosotros, pero no sin antes recordaros que podéis ver lo que hacemos en El Kappa Producciones en nuestra web principal.