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¡Arrancamos sección en el blog! En estos Mix Review voy a aprovechar para valorar y analizar distintos temas musicales que me hayan llamado la atención por su estilo en mezcla.

Hoy os traigo un tema de los ingleses Arctic Monkeys, de su álbum AM (2013). La verdad, es difícil escoger un tema para analizar de entre todos los que componen este disco. Para mí, es un disco impecable, tanto por la composición como por la producción de este. Tiene una sonoridad propia que te sumerge en un ambiente único y representativo de este trabajo.

Esta inmersión de la que hablo, a mi parecer, es más una consecuencia de la mezcla del álbum que de la composición musical de este. Y aquí es cuando tengo que nombrar al claro responsable de ello: Tchad Blake. Por sus manos han pasado artistas como U2, The Black Keys, Peter Gabriel o Elvis Costello. Y, más allá de tener un estilo definido en sus mezclas (que lo tiene, por supuesto) o querer plantar su firma sonora identificativa, busca sacar el sonido que necesita cada uno de los proyectos que pasan por él.

Vayamos al grano. El tema que he escogido es el cuarto corte del álbum: “Arabella”. ¿Por qué? Como os he dicho, me daría igual coger cualquier otro del disco. Pero sí que es verdad que este tema en concreto tiene ciertas peculiaridades que llaman la atención.

Elementos.

Empecemos con los elementos con los que cuenta. Batería y elementos de percusión; guitarras eléctricas rítmicas, solistas y ambientales; bajo eléctrico; y voces y adornos vocales. A priori, cualquier tema de rock comercial cuenta como mínimo con estos elementos. Veamos cómo juega con ellos para crear ese ambiente del que he hablado arriba.

Arranca el tema con el patrón de batería que, creemos, va a guiar el todo el tema. Suena grande y potente siendo, a su vez, súper simple. Nos recuerda a cualquier ritmo urbano que podamos encontrar en el hip-hop. Y no es casualidad.

Cuando Arctic Monkeys fueron a hablar con Blake para dejar claro el estilo del álbum, ellos le dijeron que querían tener la esencia de la música urbana en el disco, siendo este de rock. Es bien sabido que los elementos protagonistas en géneros como el hip hop suelen ser el bombo, la caja y la voz. Por lo que trabajar los bombos como en esos estilos podría no ser una mala idea.

Los géneros urbanos se caracterizan por construir sus patrones rítmicos a base de samples de batería, ya sean a partir de sonidos de módulos externos o a partir de plugins. Sabiendo esto, ¿qué hizo Blake? Reforzar cada uno de los bombos del disco con un sample de batería cercano a la música urbana. Este proceso de reemplazar elementos de percusión con samples no es nada nuevo en la industria musical, es un proceso de lo más común. Lo interesante es ver cómo este proceso, en este caso, está completamente intencionado y tiene una “justificación” artística.

Pero la batería no suena grande solamente por el bombo. Uno de los sellos de identidad que se pueden sacar de Tchad Blake es el uso que hace de las distorsiones. Las usa en prácticamente todos los elementos de sus mezclas. Pero no para sacar un sonido distorsionado en sí, sino para sacar nuevas sonoridades que le hacen prescindir de otros elementos. Y aquí podemos ver eso. Esta batería no tiene absolutamente ninguna reverb en la mezcla. Me la jugaría a que, como mucho, lo que ha hecho Blake ha sido coger alguna de las tomas de room y deformarla a base de distorsiones. Pero no hay ninguna reverb en sí. Todo es en seco. Y sigue sonando grande.

A la par que la batería, se ha introducido el bajo. Un bajo que marca este ritmo de hip-hop y que, a la par, tiene esa sonoridad de bajo del indie de finales de los 90 – principios de los 2000. No tiene nada más, un poco de saturación natural y un ritmo ejecutado impecablemente.

Pasemos a los elementos que sí que tienen reverb… de momento. Percusiones que le dan esa sensación de espacio que podríamos decir que le falta a la batería (pero que no necesita). Guitarras ambientales haciendo pequeños dibujos puntuales que se van mezclando con delays cortos y reverbs inversas. Y, por supuesto, la voz, con un slapback más que evidente, una reverb que da espacio hasta a ese propio delay y un elemento que, sinceramente, me cuesta identificar qué es lo que ha hecho. Hablo de esa especie de delay súper filtrado y modulado que se puede oír al final de cada frase de la estrofa. Dudo entre si es delay o si es una reverb automatizada… o ambas.

Desarrollo del tema.

El punto guay de este tema, y por lo que me es curioso este, es cómo utiliza la ausencia de todo el procesamiento de efectos de espacio y modulación para crear impacto en la canción. Me refiero al corte en el segundo 42-43. Se queda sola la voz con el hi hat de la batería y con la banda dando acordes cortantes durante unas cuantas frases. Sin absolutamente nada que sitúe ese momento en algún espacio. Con distorsiones, eso sí. Pero nada más.

Y ya, tras ese corte, pasamos al estribillo del tema, donde vuelve en parte esa espacialidad del inicio. ¿Con qué elementos? Las voces y las percusiones. Ahora, eso sí, no lo hace con reverbs tan largas como esa estrofa de antes. Para las percusiones diría que ha metido una room media o alguna plate filtrada. Las voces, al tener varias capas de coros, es normal que Blake haya querido diferenciar los planos sonoros a base procesadores de efectos. Y ya está, tengo dudas de si hay algún delay cortito enmascarado en las guitarras rítmicas, pero nada notorio a la percepción auditiva.

El tema sigue con esta estructura hasta que llega al puente y al solo de guitarra. El puente vuelve al estilo que han tenido los cortes pre-estribillo, es decir, sin ningún tipo de reverb o delay. Salvo cuando enlaza la voz con el solo, claro, que vuelve el procesamiento que tenía en las estrofas. Del solo de guitarra me parece curioso el plano sonoro que tiene. Está excesivamente arriba respecto al bajo y batería. Y queda bien. Y lo vuelve a conseguir a base de distorsiones (y diría que compresión paralela, pero a saber). De nuevo, sin reverbs ni delays. Termina el solo, volvemos al estribillo, y termina el tema de la forma más cortante posible.

Conclusión.

Por ir acabando, diré que este podría haber sido perfectamente un tema con el sonido reconocible de los anteriores discos de Arctic Monkeys, y entonces habría pasado completamente desapercibido. Siendo un buen tema, lo que lo hace especial es el uso de todos los espacios y cortes de efectos tan bruscos que impactan y sorprenden durante toda la pieza.

Espero que os haya gustado este artículo. Seguiré escribiendo Mix Reviews de temas que, lo primero de todo, me gusten, y luego ya que me parezcan interesantes en el estilo de mezcla que tienen. No me despido sin recordaros que podéis pasaros por nuestro portfolio para ver los trabajos que hemos hecho o por nuestras playlists de Spotify y YouTube. ¡Hasta el siguiente post!